Formación para el farmacéutico

¿Cómo actuar frente a la epidemia de la gripe desde la oficina de farmacia?

La gripe se convirtió en epidemia más tarde que el año pasado pero de forma más virulenta. Entró en esta fase durante la segunda semana de enero, cuando la tasa global de incidencia llegó a 109,4 casos por 100.000 habitantes con una evolución creciente, según se desprende del Informe semanal de Vigilancia de la Gripe en España elaborado por el Instituto de Salud Carlos III. Lo cierto es que en una semana las cifras se han disparado en todas las Comunidades Autónomas, y según este mismo organismo, el 99% de las detecciones centinelas notificadas se corresponden con la gripe A.

La farmacia comunitaria ejerce un papel fundamental a la hora de ofrecer consejo sanitario sobre la gripe, siendo uno de los puntos de referencia de la población para asesorarse sobre esta enfermedad.

El farmacéutico debe prestar especial atención a los grupos de población más afectados y conocer los factores de riesgo que podrían llevar a complicaciones más graves.

Según este informe, nuevamente es el grupo de mayores de 64 años el más perjudicado, con el 52% de casos graves hospitalizados, seguido de adultos de 45 a 64 años con el 27%. En el 97% de los casos se identificó el virus de la gripe A.

El 75% de estos pacientes presentaban factores de riesgo. En los adultos los más prevalentes son:

  • la enfermedad cardio-vascular crónica (38%),
  • la enfermedad pulmonar crónica (27%),
  • la diabetes (21%).,

En los menores de 15 años prevalece la enfermedad respiratoria crónica (6%). El 74% de los pacientes desarrolló neumonía y el 28% ingresó en UCI. Desde el inicio de la temporada, la mortalidad alcanzó el 10%.

Asesoramiento a los pacientes

Una de las preguntas más habituales a las que se enfrentan los farmacéuticos es cómo distinguir la gripe otras patologías respiratorias, como el resfriado común.

La principal diferencia radica en que los procesos gripales habitualmente cursan con fiebre alta que puede alcanzar hasta cuarenta grados, mientras que en los resfriados es baja o inexistente. A esto se suman otros  síntomas como dolor muscular, de cabeza, cansancio intenso, debilidad y malestar general, a diferencia del cansancio leve o moderado que conlleva un resfriado.

Entre las recomendaciones a nivel farmacológico destacan:

  • Combatir los síntomas: analgésicos para el dolor muscular y de cabeza, antipiréticos para la fiebre, descongestionantes si existe congestión nasal, mucolíticos y expectorantes en el caso exceso de mucosidad y antitusivos para controlar la tos.
  • No utilizar antibióticos, ya que tanto en resfriados y gripes, como en la mayoría de las infecciones de garganta, son enfermedades producidas por virus. Hay que recordar y educar al paciente en que los antibióticos no tienen ningún efecto sobre los virus.

A nivel higiénico-sanitario:

  • Reposo.
  • Ingerir líquido abundante.
  • Acudir al médico ante cualquier complicación.
  • No fumar.
  • Humidificar el ambiente.
  • Evitar cambios bruscos de temperatura.

A día de hoy, el método más eficaz para evitar la gripe y sus complicaciones es la vacunación. En este punto es especialmente importante el papel del farmacéutico a la hora de identificar los grupos de riesgo a los que se debe recomendar. Igualmente es primordial que incidan en la vacunación anual, ya que cada año se producen modificaciones en el virus, siendo necesario adaptar la vacuna a las cepas que circulan esa temporada.

Un reciente estudio de la UB y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) ha demostrado que aún cuando la vacunación antigripal es ineficaz para prevenirla, podría tener un efecto adicional beneficioso disminuyendo la severidad de la enfermedad.

Entre los grupos de riesgo destacan:

1. Personas mayores, especialmente a partir de los 65 años de edad.

2. Personas menores de 65 años que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe:

a. Niños (mayores de 6 meses) y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares (excluyendo hipertensión arterial aislada) neurológicas o pulmonares, incluyendo displasia bronco-pulmonar, fibrosis quística y asma.

b. Niños (mayores de 6 meses) y adultos con:

  • Enfermedades metabólicas, incluida diabetes mellitus.
  • Obesidad mórbida.
  • Insuficiencia renal.
  • Hemoglobinopatías y anemias.
  • Asplenia.
  • Enfermedad hepática crónica.
  • Enfermedades neuromusculares graves.
  • Inmunosupresión.
  • Cáncer.
  • Implante coclear o en espera del mismo.
  • Trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: síndrome de Down, demencias y otras.

c. Niños y adolescentes de 6 meses a 18 años, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.

d. Mujeres embarazadas.

3. Personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones, como trabajadores de los centros, servicios y establecimientos sanitarios

4. Personas que trabajan en servicios públicos esenciales (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Bomberos, Servicios de Protección Civil, etc.).

¿Qué pacientes deben derivarse al médico?

También resulta esencial conocer en qué situaciones es necesario derivar el paciente al médico:

  • Gripe superior a los 5-7 días: En ese periodo de tiempo deberían desaparecer todos los síntomas, a excepción de la tos y la fatiga, que podrían perdurar unos días más.
  • Fiebre prolongada (más de 72 horas).
  • Presencia de los siguientes síntomas: Dificultad para respirar, malestar general excesivo, vómitos o alguna erupción en la piel.
  • Empeoramiento de los síntomas, posterior a una mejoría inicial.
  • Focalización de los síntomas, sobre todo en las vías respiratorias bajas, como dolor torácico intenso, expectoración productiva, ruidos respiratorios o disnea.
  • Pacientes con riesgo elevado de complicaciones: Asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardiaca, enfermedad coronaria, insuficiencia renal, diabetes, inmunodeprimidos, lactantes y ancianos.

La eficacia de la atención farmacéutica

La eficacia de la actuación farmacéutica en el manejo de la gripe y el catarro común ha quedado avalada en diversos estudios.

En Cataluña, por ejemplo, las 60 farmacias que forman parte del Proyecto de Farmacias Centinela, impulsado conjuntamente por el Departament de Salut y el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya, y cuyo objetivo es vigilar el uso de los medicamentos y determinadas enfermedades para anticiparse a problemas potenciales de salud, tuvo un papel importante en la detección del inicio de la epidemia de gripe en Cataluña durante la temporada 2017-2018 a través de los datos registrados de los pacientes atendidos en la farmacia para tratar los síntomas de la gripe. En este periodo, la red notificó 836 casos de sospecha de gripe.

La Facultad de Farmacia de la Universidad de Alcalá de Henares presentó en el VI Congreso Nacional de Farmacéuticos de SEFAC celebrado en Málaga en 2014, los resultados de un estudio realizado en sujetos que acuden a la farmacia solicitando asesoramiento para tratar una posible gripe/resfriado. Se realizó una encuesta a 116 pacientes en siete farmacias del sur de la Comunidad de Madrid durante los meses de Diciembre de 2013 y Enero de 2014.

Entre las conclusiones destaca que el 100% de los pacientes obtuvieron asesoramiento y se disminuyeron las visitas al médico en un 86%. Solo se derivó al 14% de los pacientes siendo éstos enfermos crónicos y embarazadas