Salud pública

¿La luz azul puede suponer un riesgo para la piel?

La irrupción de luz artificial de forma masiva a través del uso común de dispositivos electrónicos como ordenadores, tablets o móviles, ha hecho plantearse a los profesionales sanitarios cómo afecta a la piel y cuál es su impacto en la salud.

En el 47 Congreso Nacional de Dermatología y Venereología la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), celebrado en Barcelona del 5 al 8 de junio, se expuso la evidencia científica existente hasta el momento.

La pregunta es: ¿es esta radiación del espectro lumínico dañina para la piel?

 “Más que se considere que existe un riesgo real, lo que queremos difundir es la constatación de que debemos prestar atención a algo nuevo cada vez más presente en nuestra vida y que, por tanto, también puede tener un efecto en la piel, ya que se trata de otro espectro de luz al que estamos cada vez más expuestos”, señaló una de las coordinadoras de este debate, la Dra. María Victoria de Gálvez, miembro del Grupo de Fotobiología de la AEDV.

 

Exposición a la radiación de luz azul

El espectro solar comprende la emisión de radiaciones que abarcan longitudes de onda desde los 290 a los 3.000 nanómetros: ultravioleta (290 a 400 nanómetros), visible -que abarca la radiación electromagnética- (400 a 700 nanómetros), e infrarrojo (por encima de los 700 nanómetros).

La luz azul está en la franja inferior de radiación y va desde los 380 a los 500 nm., y tiene varios usos dermatológicos: por un lado, se utiliza para tratar el acné, y por otro, combinada con crema fotosensibilizante, está indicada para curar el cáncer de piel superficial, sobre todo en Estados Unidos, aunque algunos estudios muestran un efecto no deseado a nivel celular.

Según el Dr. Rubén del Río, miembro de la AEDV y ponente del congreso, “en dermatología se usa la luz azul como una herramienta terapéutica, al igual que recurrimos a la radiación ultravioleta para la psoriasis o la dermatitis atópica. El problema podría derivar cuando hay una exposición abusiva a luz azul, algo que todavía está por definir”. Es decir, la clave para saber si la luz azul puede suponer un riesgo para la piel está en el grado de exposición que necesita esta radiación para generar un daño. Según un reciente trabajo, habría que mirar el móvil 48 horas seguidas para generar dosis de luz azul que pudieran pigmentar la cara.

A pesar de que todavía no hay resultados definitivos, cada vez hay más estudios que muestran los efectos biológicos de la luz azul. Además, hay que tener en cuenta que la piel recibe esa radiación por varias fuentes: un 30% de la emitida por el sol entre las nueve de la mañana y las ocho de la tarde es luz azul, un porcentaje inocuo para la salud cutánea, pero al que hay que sumar las luces LED y las pantallas tanto en el exterior como en el interior de los edificios. 

“Potencialmente, puede producir daños cutáneos por estrés oxidativo. Esto va a activar a los melanocitos para que incrementen la melanina cutánea. También se ha visto que afecta al estado hídrico de la piel y a la barrera cutánea porque la exposición a esta radiación altera la síntesis de algunas proteínas. Todo ello puede revertir en un mayor envejecimiento y en una mayor pigmentación”, afirmó durante el congreso José Aguilera, doctor en biología y académico de la AEDV.

 

¿A quién afecta?

Las personas con un fototipo alto -igual o superior a III en la escala de Fitzpatrick- serán las más propensas a sufrir una hiper pigmentación por luz azul debido a una mayor producción de melanina, al igual que las mujeres embarazadas y personas que se someten a peeling o procedimientos de resurfacing faciales, ya que su piel está más sensible durante un tiempo.

El Dr. Del Río señaló que el efecto de la luz azul es muy bajo si se compara con la radiación ultravioleta y que no lo calificaría como una alerta roja a nivel dermatológico.

Durante el congreso también se señaló que las cremas fotoprotectoras no protegen de la luz azul, y que solo aquellas con algo de color pueden absorber hasta un 20% de esa luz.